jueves, 27 de octubre de 2011




                Frieda Dora Klüver nació el 27 de noviembre de 1885 en Lübeck, Alemania, y falleció el 4 de septiembre de 1969 en Buenos Aires.
                Conoció en Hamburgo a Rudolf Henry Grimm, quien desembarcó, proveniente de Liverpool, el 16 de septiembre de 1907, en Puerto Madryn, Chubut.
                Gran parte de la vida de nuestros abuelos se encuentra en la historia de la familia titulada "Mach´s gut mein Junge !"
                Sin embargo tenemos disponible un año  de cartas de Frieda Klüver, las cartas de Oma, que oportunamente fueron traducidas con gran dedicación y trabajo  por su hija Frieda, tercer nacimiento del matrimonio.
                Estas cartas abarcan desde la partida en el "Cap Roca" de Hamburgo con destino a Buenos Aires -él 19 de marzo de 1910 - hasta un año después -él 11 de marzo de 1911. Oma tenía entonces 25 años.
                Quisiera expresar, luego de haber ubicado al lector en el tiempo y el espacio, de que se tratan "Las cartas de Oma", algunos conceptos, sentimientos e impresiones sobre su contenido.
                Es cierto que en cada uno repercutirán de distinto modo, de acuerdo al grado de parentesco o no que se tenga con ella. Pero sin ninguna duda, en todos, quedará un recuerdo imborrable de las aventuras de Oma, de sus esperanzas, de sus sueños, de sus melancólicos recuerdos para con los padres, los hermanos, de sus hermanas, de su Patria ....
                En todas las cartas, explícita o implícitamente, nos traslada al pasado - año 1910 - contando de una manera increíble, muchas veces con la mejor ingenuidad, sobre la tecnología de ese año, sobre la vida en el "Cap Roca", sobre la personalidad e idiosincrasia de las personas que iba conociendo, sobre los distintos puertos en los que atracaban, sobre el Buenos Aires de esos años, hoteles, restaurantes,  monumentos, paseos, coches y tantos otros detalles que verdaderamente son imperdibles.
                También cuenta sobre su vida en Puerto Madryn. Y esto seguramente lo hace con mucho sentido de la imaginación, con una mayor cuota de sueño, su sueño de ser feliz, para que su familia en Alemania así lo creyera. Sabemos de sus sufrimientos, lejos de sus padres, en un lugar que por esos años estaba más lejos en todo sentido de lo que había imaginado, y sin embargo no lo expresa así en sus cartas.
                "Las cartas de Oma" nos transportan al comienzo de la telegrafía sin hilos, a descripciones hermosas de sus paseos por Lisboa, Tenerife, Montevideo ... A la vida a bordo de los buques de pasajeros, a las comidas, a las fiestas, a las orquestas de los buques, a la paternidad del capitán Kröger, al cruce con el Ecuador ...
                Nos traen a un Buenos Aires curiosamente desconocido. Las costumbres, las calles, los nuevos coches con ruedas de goma (!), los tranvías, Palermo, Tigre, hábitos de consumo y de vestimenta.
                Por supuesto a muchísimas cosas vinculadas a Puerto Madryn. Las formas de traslado en barcos desde Buenos Aires, lo mucho que dejaban que desear estos barcos, el tren a Trelew, la falta de vegetación, los distintos tipos de gentes que habitaban Madryn, las distintas nacionalidades, el viento, la falta de agua, la playa, su casa, las comidas ...
                La vida matrimonial la expone con devoción. Su esposo Rudolf siempre fue -al menos en esa etapa- de mucha oficina y poco hogar. Sin embargo sabe transformar esta situación y explicarla con sentido triunfalista. Su "maridito", su "tesoro" que estaba más casado con Braun & Blanchard (hoy La Anónima) que con ella, se convertía en el empleado exitoso y en el esposo ejemplar.
                Realmente su juventud, su carácter y su personalidad, transformaban siempre las dificultades y sinsabores en éxito y felicidad.
                Aún en momentos de penurias económicas -qué por lo visto en 1910 también se sufrían- ella sacaba fuerzas, esperanzas, motivaciones e ilusiones para seguir adelante.
                Durante el período de "Las cartas de Oma" no vino la cigüeña ... Sobre 1911 en adelante encontrará el lector un resumen al final y parte de los árboles genealógicos de las familias Grimm y Klûver. Desde 1911 hasta 1920 la familia también dispone de las cartas que siguen a esta parte I  y están publicadas como Las cartas de Oma (II) (http://juancamina-lascartasdeoma.blogspot.com/). En estos períodos cosechó innumerables amigos y amigas, y -sin quererlo- al dejarnos sus cartas, nos muestra un pasado que vale la pena ser leído, por lo curioso, por lo interesante, por lo ameno, por lo divertido, y por tantas razones que cada uno encontrará en él. Aún más allá de las vinculaciones afectivas o familiares que lo o la unan a ella.


            

No hay comentarios:

Publicar un comentario