23 de enero de 1911.
En Puerto Madryn. Cuándo en Madryn sopla el viento ...
Mis queridos !
Si ustedes me viesen acá sentada se agarrarían la cabeza por la suciedad que me rodea, no se dan una idea ! Lo que pasa es que hace tres días sopla el viento, noche y día en forma de tormenta. El que nunca lo vivió no se puede dar una idea de lo que significa esto. Ya varias veces tuvimos viento desde mi llegada, pero hace 14 días recién supe lo que es una tormenta, que duró medio día. Otro sábado tenía mi casa hecha un chiche y al mediodía empezó el viento que no paró hasta el domingo a la mañana a las 10 horas. Grueso cómo un dedo estaba el polvo sobre todos los muebles, que alegría domingal no ?!!
Unos días tuvimos calma y ahora sopla hace tres días. Hoy a la mañana me di por vencida y esperaré que calme, mientras tanto me movilizo en toda la arena y polvo. Parece que diciembre, enero y febrero son los peores meses y en cuánto al calor tuvimos 40 grados, era espantoso ! Ahora refrescó, pero no llueve y la última lluvia tuvimos el 1º de septiembre. A Dios gracias que todavía tenemos agua de lluvia y es hermosa y clara cómo el cristal. A mí el clima acá me sienta muy bien y siempre me siento animosa y fresca.
Yo tengo ahora mucho trabajo y hago todo , hasta el lavado, ya que no puedo conseguir ayuda, ya que en el verano las muchachas no se matan por trabajar. Nosotros nos levantamos todas las mañanas a las cinco horas. Este fin de semana descansamos un poco más ya que tuvimos una semana muy agitada. Un señor de la firma Braun & Blanchard se traslada próximamente a una sucursal de la cordillera y ahí hay una fiesta de despedida tras la otra.
El sábado a la noche lo invitamos a cenar con un amigo. Hice una rica sopa, un cuarto al horno con papas y buena salsa y ensalada de verduras frescas y postre de chocolate con crema de vainilla y cafecito. Después de la cena vinieron otros amigos más y éramos nueve personas. Uno tocaba muy bien la mandolina y nosotros cantábamos. También pusimos el gramófono y cómo casi todos eran españoles bailaron la jota, un baile típico de su país. Para las doce de la noche había preparado riquísimos sándwiches y clericó de fruta y todos nos divertimos mucho hasta las dos menos cuarto. Nunca me reí tanto cómo ésta noche. Lo que sí no se dan una idea de cómo quedó mi casa ........ era tal el trabajo que por primera vez en mi matrimonio Rudolf me ayudó a limpiar y para el mediodía todo estaba limpio !
Un señor Unger de Hamburgo comió unos cuántos días en casa pues estaba indispuesto porque no le hacía bien la comida en el hotel. Cuándo llegó ese mediodía todavía nos ayudó a secar la loza y guardar todo y luego recién almorzamos. De noche vino a cenar el señor Elbourne y un señor Vettersen de Hamburgo, de manera que siempre tengo que preparar algo especial, pero me alegra ver cómo todos gozan mis platos.
En el verano muchos se enferman de los intestinos comiendo afuera y también por el agua. Nosotros ahora comemos poca carne y si compro voy a las seis de la mañana a buscarla, pues luego se llena de moscas y es un espanto. Los huevos ahora están caros y me pagan 1,80 pesos la docena. Yo uso bastantes, pero los que sobran los vecinos me los sacan de las manos, siempre fresquitos y las gallinas bien alimentadas.
Ahora entre el calor y el viento se pusieron un poco perezosas, pero lo que pasa es que las pobres tampoco tienen verdín para comer. Yo todos los días le cocino una cacerola con carne (pago 10 centavos por el corazón, los pulmones y el hígado de un capón) y lo corto todo en pedazos y con el caldo preparo el afrecho.
Así siempre tengo bastante que hacer, pero estoy contenta de escribir ésta carta, para que les llegue al cumpleaños. Desde ayer estamos esperando un barco del norte y ojala nos traiga muchas cartas de la Patria. También esperamos noticias definitivas de Else, para saber con qué barco llega.
El último barco que vino del norte nos trajo -para nuestra alegría- vuestro paquete navideño ! Nuestra alegría no les puedo describir ! Rudolf de la oficina había ido al correo a preguntar si había llegado y cuándo llegó con el paquete dejamos enfriarse la comida y empezamos a abrirlo y nos alegramos de todo corazón.
Les agradecemos de todo corazón queridos. Las ramitas de pino naturalmente llegaron secas, pero igualmente fue una alegría verlas. Gracias queridas hermanas por la lindísima carpeta y los platillos para los vasos de cerveza y el mantel, y también por las cosas que les habíamos encargado y ahora mis hermanos queridos, nos las mandan de regalo : muchas gracias ! Una de las corbatas Rudolf ya está usando y es lindísima y el libro lo leerá ni bien tenga tiempo.
Cómo están los queridos padres ? Ojalá el invierno no sea muy riguroso. A todos los que leen ésta carta muchos cariños de
vuestra Frida y vuestro Rodolfo.
Puerto Madryn, 23 de enero de 1911.
¡Mi querido hermano Karl!
Para tu cumpleaños mi esposo y yo te deseamos muchas felicidades. Como leemos por vuestras cartas, todos están gozando de buena salud y se sienten felices y contentos en vuestro lindo hogar y gozan de vuestros queridos hijos. Nuestros deseos de hoy son que también en tu nuevo año de vida siga todo tan bien y sean felices. Con qué gusto te acompañaríamos hoy, pero lamentablemente la distancia es demasiado grande. ¡Además la mesa está repleta con todos los invitados y familiares! Ojala hayan pasado una linda Navidad y Año Nuevo. Vuestros hijitos habrán estado felices con los juguetes. ¿Qué habían recibido? Karli seguramente los útiles para el colegio. ¿A cuál va a ir?
Me encantó leer lo que escribes sobre vuestro jardín: ¡500 Dalias tienen!¡ Qué hermosas ! ¡Es una gran cosa si uno puede tener en Hamburgo un jardín!
Lo que tú me escribes querido Karl en tu carta para mi cumpleaños, que ahora se construyó en Hamburgo un nuevo tren y un nuevo parque, hemos leído con mucho interés.¡ Si algún día volviésemos a Hamburgo lo encontraríamos muy cambiado !
Tus cachadas sobre nuestro bienestar me causaron risa. Como ya te escribí, mi verdura no se voló y cigüeñas no hay en Madryn. Lo que si tenemos son gallos, y un Espíritu Santo que cobija las gallinas tampoco hay. En cuanto a mi habilidad en la cocina, no temo si me quieres tomar examen. Lo practico muy seguido con todas las visitas que vienen a mi casa.
Bueno, te deseo a ti, a Mimi y vuestros hijitos todo lo mejor de
Rudolf y Frida.
P:S. Les agradecemos por la hermosa carpeta que nos regalaron. ¡Es preciosa! Nos alegró mucho y la usaremos en ocasiones especiales sobre nuestra mesa en la Veranda.
Nosotros comemos poca carne y si quiero comprar voy a las 6 de la mañana a la carnicería. Si uno va más tarde, la carne ya está tapada de moscas. Los huevos están caros. Por docena $ 1.80. Yo me arreglo con los de mis gallinas. Ahora con la sequía y el calor ponen poco. Además no hay pasto. Yo todas las mañanas les cocino una olla de carne picada y les agrego afrecho. Eso le recompensa el verdín. Por el corazón, pulmón e hígado pago 10 centavos.
Puerto Madryn, 23 de enero de 1911
Mis queridos:
Si ustedes me verían aquí sentada, se agarrarían la cabeza, porque una mugre tremenda me rodea. ¡Es como si yo nunca hubiese limpiado! Hace 3 días sopla un viento infernal. ¡El que nunca lo vivió no se puede imaginar lo que significa! Acá le llaman "Pampero". Desde que vine ya muchas veces sopló, pero ayer hace 14 días viví realmente uno muy fuerte, aunque solo duró medio día. Después de 8 días tenía mi casa toda limpia, pero a la tarde volvió a soplar y duró hasta el domingo a las 10 horas. En las piezas los muebles estaban cubiertos de arena.¿ Qué alegría para un domingo no es verdad ? Después algunos días estuvimos calmos y entonces volvió a soplar 3 días, como les contaba al principio de esta carta. Ahora me di por vencida y no voy a limpiar más nada hasta que calme. Los meses de Diciembre, Enero y Febrero son los peores.¡ Encima hacía un calor insoportable, 40 ªC ! La última vez que llovió fue el 4 de septiembre. Gracias a Dios que nuestro tanque está lleno y el agua es dulce, parece cristal. Menos mal que este clima me sienta muy bien y así me siento.
Hay que pensar que trabajo mucho y lavo sola la ropa, ya que no consigo sirvienta. La gente acá en el verano es demasiado vaga para trabajar. Nosotros nos levantamos a las 5, pero en los últimos días estábamos algo perezosos. Claro, cada día había una invitación y nos acostábamos tarde.
Un señor de Braun y Blanchard parte a la cordillera y festejamos su partida y vino al otro día con un colega a almorzar. Hice una sopa riquísima, jamón con arvejas, un cuarto al horno con puré de papa. Una ensalada fresca y postre de chocolate con crema de vainilla y café.
Después de almorzar vinieron más señores y éramos nueve personas. Uno de ellos tocaba mandolina y todos cantábamos. Tenemos un gramófono. Como casi todos eran españoles, bailaron la "Jota". Mi marido y yo habíamos preparado un rico clericó de durazno y sandwiches, y se quedaron hasta las 12 de la noche. Los últimos nos quedamos charlando hasta las dos de la mañana. ¡Fue una noche divina y nunca me reí tanto! Claro, luego mi casa era un chiquero y por primera vez desde que nos casamos, mi marido me ayudó a limpiar.
Un señor Unger de Hamburgo, socio de la firma Unger y Co., ha almorzado en los últimos días con nosotros porque se sentía descompuesto de la comida del Hotel. Me ayudó a lavar y secar los platos, antes de almorzar, y luego almorzamos muy tranquilos. Eso fue ayer.
Anoche cenamos en casa con el Sr. Elbourne, Unger y también el Sr. Vettersen de Hamburgo, así que anduve al trote. Estos señores siempre están chochos si comen comida alemana. Ahora en el verano es peligroso comer en los hoteles. Uno no sabe que carne es y también el agua es mala.
Ya ven que tengo mucho que hacer y encuentro tiempo para escribirles esta carta, así les llega para el cumpleaños.
Desde ayer estamos a la espera de un barco del norte. Ojala nos traiga buenas noticias de la Patria. El último barco nos trajo para nuestra alegría vuestro paquete para Navidad. Lamentablemente los pinos llegaron secos. ¡Qué lindas las carpetas que me mandan mis hermanas Adele y Bertha!. Para la mesa de la Veranda son chicas pero las puedo usar para la pieza de mi prima Else. Los platitos para la cerveza que me mandan Emma me vienen muy bien. Las flores llegaron marchitas. La carpeta que nos mandan mi hermano Karl y su esposa Minna es hermosa. Rodolfo les agradece por todo y una corbata ya la estrenó. ¡Gracias también por el libro!
¿Como le va a mis queridos Padres? Ojala el invierno no sea muy riguroso. Manden a mi Padres esta carta. Vuestros
Rudolf y Frida.
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