jueves, 27 de octubre de 2011




15 de abril de 1910.
                Buenos Aires. Hotel Kaiserhof.
                Corrientes 302 - Unión Telefónica 373.


                Mis queridos padres !

                Ayer despaché mi última carta, pues si seguía escribiendo tenía que pagar más franqueo y así la reciben antes. Me olvidé de contarles que la noche que llegué recibí otro telegrama de Rodolfo, si habría llegado y luego recibió mi telegrama.
                Ayer a la noche recibí otro que el 16 o 17 sale de Madryn y recién estará acá el 20 o 21. Así que tengo que estar acá sola ocho días. No es en realidad tan terrible, pero cuesta un montón de dinero. Todo es carísimo.
                Por el almuerzo pago $ 1.- que son en plata alemana 1.20 marcos. La cena cuesta 1.20 marcos y el desayuno 0.70 pfennige. Todavía no sé cuánto cuesta la habitación, pero preguntaré. El Hotel es manejado por un propietario y el restaurante por otro. Los dos propietarios son alemanes y muy adinerados.



                El Hotel tiene 90 piezas y está completo. A pesar de que el Restaurante es enorme, siempre está repleto. Dicen que el almuerzo está en precio, ya que por $ 1.- sirven ocho platos y café. Pero a mí no me encanta la comida, ya que comparada con la del "Cap Roca" y su buena preparación estoy muy mimada. La verdura es miserable.
                A la mañana dejo subirme el desayuno. A las doce y media bajo a almorzar y justo empezaba a sentirme muy sola cuándo llegaban unos señores del "Cap Roca" y  me invitaron a su mesa. Era muy lindo estar acompañada. Luego me invitaron a salir con ellos pero yo no acepté, pues tengo que respetar lo prometido al capitán y no me voy a fiar de nadie.
                Todavía estaba conversando un poco con el propietario del restaurante, cuándo llegó el capitán para ver cómo me iba. Otros conocidos del capitán se acercaron y quedamos juntos hasta las cinco. Entonces fui a dormir hasta las siete y bajé a cenar. Quién estaba ?! La Señora Hauser con dos señores. Me senté con ellos y me quedé hasta las ocho y media, luego subí ya que el capitán me dijo que nunca me quede más que hasta las ocho y media abajo. Me alegré haber sido obediente pues a las nueve avisaron que el capitán estaba en el jardín de las palmeras. Vino a visitarme -por ser obediente- a pasear hoy con él. A las doce vamos a almorzar juntos.
                Ya ven que la estoy pasando bien y todos son buenos conmigo. Hoy vino un amigo de Rodolfo para conversar todo lo relativo al casamiento conmigo. Mañana tiene que volver por eso lo invité para almorzar conmigo ya que viene en su tiempo libre de medio día.
                Yo les escribo en el jardín de las palmeras y aquí también recibo mi visita y aunque estoy en el Hotel, estoy bajo cielo abierto ! Acá está fresco, pero en la calle hace tanto calor que solamente puedo usar ropa liviana.
                Bueno así que hoy a la tarde me llevan a pasear y hoy a la noche el Sr. y la Señora Jousten y yo estamos invitados a cenar a bordo con el capitán. Que contenta que estoy ! Por hoy felicidad, mañana sigo.

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