jueves, 27 de octubre de 2011


23 de mayo de 1910.
                En Puerto Madryn.


                Estos que les conté fueron los primeros días en Madryn y hoy ya estoy ocho días acá. Fueron días pesados para mí, pues tenía que limpiar y acomodar mucho y siempre sola, ya que Rudolf está de la mañana a la noche en el negocio. Sólo viene a almorzar y una siesta corta. Me costaba hablar el castellano y desconocía muchas cosas, pero con coraje y alegría me arreglé y cuándo todo esté en orden no cambio con nadie en el mundo !
                No hay cosa más linda que vivir al lado de un marido que uno ama y lucha con él ! Y mi hogar es un sueño y Madryn es hermoso, solamente me faltan los árboles ! El tiempo siempre es lindo : cielo azul y sol ! Los invito a todos ustedes a venir a veranear, cómo lo gozarían mis sobrinos ! cuándo miro por el frente veo el mar y si miro para atrás las montañas con monte encima, entonces siempre me imagino que son árboles bien verdes !
                Sólo me faltan limpiar las ventanas de toda la pintura que dejaron los pintores y colocar las cortinas. Imagínense que ya tengo 6 gallinas. Acá los huevos son carísimos y siempre tengo algún resto de la cocina. Se iba un vecino de acá y me las vendió a dos pesos cada una. Hasta ahora no pusieron ni un huevo, pero están tan coloraditas que seguro pronto pondrán. Ojalá !

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