18 de junio de 1910.
En Puerto Madryn. Descripciones.
Mis queridos !
Desde el 24 de mayo no tenía cartas de ustedes, así que se pueden imaginar con qué ansias esperaba las mismas con el barco que entró. Llegó el 16 de junio el barco, y a las seis y quince de la tarde llegó el cartero ! No quiero ni pensar que algún día llegará un barco sin cartas, pero recibí cuatro cartas. Muchas gracias queridos, qué alegría ! Me apuré en preparar la cena y lavar luego la loza para leerlas con toda tranquilidad ! Menos mal que mis cartas alegraron también a Rodolfo, el que tuvo una carta muy deprimida de su padre.
Hoy es domingo, fue un día lleno de sol y ahora estoy sentada en la galería frente al mar. La luna se está levantando y el sol poniendo detrás de la cordillera. Mi tesoro está sentado en su escritorio escribiendo y yo estoy tan contenta que es domingo para escribirles, pues ésta semana trabajé mucho en la casa para ordenar todo y quedó hermoso. Ojalá podrían venir a verlo que lindo está todo, nunca pensé que iba a tener un hogar tan lindo. Qué feliz estoy y con mi querido y trabajador tesoro !
No se imaginan la gente que nos viene a ver. Un señor español que comía en el hotel estaba muy enfermo de la comida y me pidió si no podría venir a comer a casa hasta mejorar. Yo lo cuidé mucho y al irse me regaló una medalla de plata del Centenario. Además cada vez que entra un barco alemán, el capitán y los oficiales nos vienen a visitar. Hace poco tenía a cinco para cenar y todo esto me da bastante trabajo, ya que en Madryn no consigo con facilidad las cosas que necesito para cocinar. Ahora otro conocido inglés, también anda mal del estómago e intestinos por la comida del hotel y me pidió aceptarlo. Me paga 50 pesos por mes por la comida y ya que es para mí tanto trabajo me pude tomar una chica que me ayuda en el trabajo.
Esperamos en pocos días al señor Meyer de la firma Meyer, que viene de Punta Arenas y la firma ya me pidió atenderlo en casa y me pagarán por su estadía. Yo estoy contenta porque así tengo bastante que hacer, pero linda compañía y de paso entra un peso. A todos les apetece muy bien y comen tanto que algunas veces no se pueden levantar de la silla. Yo me admiro misma que cocino tan bien ya que durante ocho años no lo tuve que hacer ! Pienso que la culpa la tiene mi hermanito Johannes pues le dijo a Rudolf que soy buena cocinera y ahora lo TENGO que ser !
A partir del 1º del mes, Rudolf me dio dinero para atender los gastos de la casa pero veremos hasta cuándo llego ! La ventaja es que sólo tengo que comprar el pan, la carne y la verdura. Todo lo demás lo saco de la firma Braun & Blanchard al precio de costo más 10 %. Todo lo que necesitábamos para la casa, incluso cortinas, compramos ahí y cómo la firma le regaló a Rudolf 130 pesos para el casamiento, hemos podido sacar por el importe muchísimas cosas, incluso un juego de porcelana con tasas.
Les quiero contar que de mañana y de noche hace muchísimo frío acá. Nunca pasé tanto frío. El agua en el tambor está con una capa de hielo hasta el mediodía. Un tambor de agua cuesta un peso. Tuve que lavar muchísima ropa de lo ensuciado en Buenos Aires y luego acá. También planché sola la ropa y resultó muy bien. Una vecina alemana me enseñó acá a hacerlo muy bien.
Queridos ahora voy a terminar pues ya es tarde. Escríbanle mucho a vuestra Frida que está tan lejos y recuérdenme. Queridos Padres, hermanas y hermanos, cuñadas, cuñados y sobrinos, los beso y abrazo mil veces, vuestra
Frida.
No cómo cumplido, sino con alegría confirmo que Frida es una óptima cocinera, aparte de ser una cariñosa esposa. Todo lo que hace tiene gusto a la Patria y condimentado con amor ! Ella dice que el amor de los maridos pasa por el estómago y pienso que tiene razón.
Muchos cariñosos saludos de
Rudolf.
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