jueves, 27 de octubre de 2011





19 de marzo de 1910.
                A bordo del CAP ROCA. Puerto de Hamburgo.

                ¡Mis queridos !

                A fin de estar bien interiorizados de mi vida acá a bordo, empezaré a escribirles hoy a la mañana. Ayer, después de bajar del barco, mis tres hermanos y mi querida Elsa (prima), fui a mi camarote a cambiarme de ropa ya que estaba completamente empapada. Justo le quería pedir al camarero de avisarme una hora antes de la salida del barco, cuando llega mi hermano Karl.
                ¡Ustedes podrán imaginar mi alegría, ver todavía alguien de los míos, ya que me había hecho a la triste idea de no ver más a nadie de mis queridos durante muchos años !
                Lamentablemente el tiempo pasa demasiado rápido y después de una nueva despedida estaba nuevamente parada sola en cubierta diciendo "Adiós". Agité mi mano y llamaba "Uhu" hasta no verlo más en la oscura noche.
                Fui a mi camarote y este estaba lleno de flores. Como estaba demasiado excitada para dormir, comencé a guardar mis vestidos en el ropero. Sentía un vacío en mi estómago y por suerte encontré un paquete con pan con fiambre que mi hermana Adele cariñosamente me había dado. Así comía y desempacaba mis cosas en mi camarote que parecía una pequeña florería.
                A las once y cuarenta y cinco me acosté en mi camita, todavía leí unas cartas de despedida y traté de dormir. Me parece que estuve despierta por mucho tiempo, pero luego me dormí y a las seis de la mañana me desperté descansada.



Cap Roca

                A las seis y treinta, cuando vino a despertarme el camarero, yo ya estaba lista, pues quería ver todavía todo lo posible Hamburgo. cuando subí a cubierta una densa niebla cubría el puerto. Entonces fui al comedor para tomar café y era la primera y única. Me trajeron el Menú y si hubiese querido¡ hubiera podido comer todo un almuerzo ! Me decidí simplemente por una taza de café.
                Mi soledad se interrumpió al entrar al salón una señora que se sentó frente a mí y se presentó cómo Baronesa de Buddenbrook. ¡Oíd ! ¡Oíd !! Es una dama amorosa. Ella y su esposo eran los que me acompañaron cuándo salíamos lentamente del puerto de Hamburgo, mientras la banda de música tocaba una canción de despedida.
                Yo no dejaba de despedirme con mi pañuelo en la mano. Hacía mucho frío, pero el sol brillaba y aún se veía algo de nieve. Gracias al sol vi. por mucho tiempo todavía a Hamburgo con sus torres y yo no dejaba de mandarles mis últimos saludos a ustedes, ¡mis queridos !
                La vista sobre el río Elbe, con sus lindos parques y Villas era preciosa, todo cubierto de un poco de nieve y bañado con los primeros rayos del sol, y cubierto por el cielo azul. Nunca me pareció tan hermoso Blankenese como hoy a la mañana.
                Mientras tanto había conocido al Profesor Eberlein, escultor, y a un Dr. Reuter de Lübeck, que viaja con su hijo y con ellos quedé en cubierta gozando la hermosa vista. Luego entré al comedor y recién tomé una taza de caldo bien caliente para calentarme.





1 comentario:

  1. .MUY HERMOSO RELATO. PERO, POR LO QUE PUDE LEER HASTA AHORA, NO ERA LA TÍPICA OMA, NI PERTENECÍA A LOS TÍPICOS INMIGRANTES QUE LLEGABAN A ARGENTINA. LA LLEVABA EL AMOR Y NO LA NECESIDAD ECONÓMICA NI LA GUERRA, QUE CUATRO AÑOS DESPUÉS, ESTALLARÍA EN EUROPA.

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