jueves, 27 de octubre de 2011




25 de abril de 1910.
                Buenos Aires. Hotel Kaiserhof. El casamiento.


                Todos mis queridos !

                Imagínense hoy les escribo cómo una señora hecha y derecha, que me dicen ? Desde el sábado 23 de abril lo soy. Sí, mis queridos, el sábado fue el gran día. Hoy encuentro tiempo y tranquilidad para escribirles, al lado de mi querido esposo y adelante mío un mar de flores. Si supieran que feliz soy y que agradecida por todo ! Es una lástima que no voy a poder expresar en palabras todo lo que me conmovió en los últimos días y qué lindos eran. Ojalá hubiesen podido venir un momentito y ver todo. Voy a tratar de contar desde un principio.



Acta casamiento Rudolf Grimm & Frieda Klûver

                Mi última carta escribí para tú cumpleaños querida hermanita y me hubiese gustado estar con ustedes. Ese día el capitán me buscó a las once y fuimos al Jardín Zoológico. Almorzamos en Palermo y brindamos por tu salud hermanita. A las cuatro y media estábamos en el hotel y a las cinco estaba invitada a tomar el té en el hotel por una amorosa Sra. Mann. De noche estaba invitada para ir a casa de una familia conocida del capitán : familia Weibel, y yo estaba muy contenta de conocer a una familia alemana en su hogar.
                Fuimos en un coche con dos caballos y la Sra. Weibel me recibió con mucho cariño. Viven en una muy linda casita y en el jardín hasta tienen un árbol de tilo y un roble ! Ellos no tienen hijos pero crían a una sobrina. la Sra. Weibel tiene 44 años y hace veinte años que vino al país. Me ofreció ver en ella una hermana mayor. Tuvimos una linda cena y luego cantamos cantos alemanes y pasamos una hermosa velada. A las once y media nos fuimos.
                El próximo día la pasé muy tranquila y estaba contentísima que el jueves me traería a mi tesoro, tan largamente esperado ! Pedí una pieza para él en el hotel y compré lindas flores : violetas y claveles rojos y blancos. Con éstos decoré la mesa y las violetas se las puse en la pipa larga.
                Esa noche dormí poco y mal cómo se pueden imaginar. A las cinco ya me levanté y a las seis me buscó el Sr. Dornfeld para ir al puerto.
                Era una mañana hermosa y yo me puse mi vestido blanco con mi sombrero blanco. Cuándo llegamos al puerto a las seis y media no se sabía nada del barco. Así fuimos a tomar el café hasta las nueve y media. Justo que llegamos al puerto vemos llegar al "Quintana". Aunque el barco venía lleno, enseguida reconocí a Rodolfo. Todavía tuvimos que tener mucha paciencia hasta que atracó pero entonces cómo primero mi tesoro bajó la escalera : de éste momento nunca me olvidaré !
                Luego tuvimos que volver a esperar tanto hasta recibir el equipaje del control aduanero y por fin a las once salimos hacia el hotel. Teníamos un cochero tan loco que fue un milagro llegar salvos y sanos !
                Mi tesoro me contaba que había tenido un pésimo viaje, que se había mareado y tuvo que dormir en el suelo en el comedor, ya que no había lugar para más pasajeros con camarote. Pobre hombre !
                A las doce del mediodía era la hora de partida del "Cap Roca" a Alemania y queríamos ir a despedir al capitán Kröger y Rodolfo le quería agradecer por todo lo que hizo por mí. Cómo llovía estábamos mojados y nos tuvimos que cambiar volando de ropa en el hotel antes de seguir viaje al puerto. Llegamos unos minutos antes de la salida. Saludamos al capitán y ya nos fuimos, pues yo no quería presenciar la salida ! Llegados al hotel oíamos que el barco se despedía !
                A las cinco de la tarde fuimos al Registro Civil para pedir hora para el sábado a las once y media de la mañana. A las siete por fin almorzamos por primera vez tranquilos ese día algo. A las once nos fuimos a dormir y a la otra mañana alguien me despertó enérgicamente, nada menos que a las siete de la mañana ! Era Rodolfo.
                Después del desayuno hicimos compras. Después del mediodía fuimos a la Iglesia Alemana a hablar con el Pastor. Cómo justamente se iba a inaugurar la Iglesia Alemana en Montevideo, todos los Pastores iban a ir de manera que nos tenía que casar el Pastor de la Marina : von Wicht. Muy simpático y oriundo de Malente.
                 Conversamos de nuestras vidas y de la Patria y combinamos que la ceremonia sería sábado a las seis y media de la tarde. Para no estar en la Iglesia solamente con los testigos, el Sr. Dornfeld y el Sr. Sylvander, decidimos ir a invitar a nuestros conocidos.
                Tomamos un coche e hicimos las visitas de tres a siete y en el hotel todavía escribimos unas tarjetas a los que no pudimos alcanzar. A la mañana siguiente Rodolfo tenía que arreglar algunas cosas comerciales y yo aproveché la mañana para hacer mis valijas ya que me tenía que mudar a una pieza de matrimonio que habíamos reservado.
                A las once estábamos en el Registro Civil y tuvimos que esperar una hora. Sólo tuvimos que presentar la Fe de Nacimiento y todo el acto se realizó sin el mínimo sentimiento. Me preguntó el Juez si entiendo el castellano y respondí que sí. Luego le preguntó a Rodolfo si me ama y luego a mí y ahí se acabó todo. Nos dijo que por Ley éramos un matrimonio y ni una palabra más.
                Regresamos al hotel y el Sr. Sylander almorzó con nosotros. Fuimos luego al puerto a despedir a una familia conocida de Rodolfo que viajaba a Alemania. Cuándo regresamos al hotel nos damos cuenta que en el Juzgado se habían equivocado en nuestra libreta de casamiento. Así que de vuelta al Juzgado. De vuelta en el hotel me mudé a la pieza grande, ya que me quería vestir ahí para la ceremonia en la Iglesia.
                Me bañé y me acosté por dos horas para descansar, pero no podía dormir pues a cada rato traían hermosos ramos de flores de nuestros conocidos. Yo estaba tan emocionada de recibir tantas atenciones en un país nuevo para mí. Pensaba mucho en las próximas horas y que todo iba a realizarse sin la presencia de ustedes queridos, me entristecía.
                A las siete de la tarde llegó mi ramo de novia. La Sra. Hauser me había prometido venir a ayudarme a vestirme, pero no venía. Así que empecé a vestirme sola y le pedí a la mucama cerrar mi vestido y me puse solita la coronita y el tul. A mi me parecía hacer todo en sueños, ya que mis pensamientos estaban con ustedes.
                Un poco antes de las ocho llegaron la Sra. Hauser y la Sra. Jousten y cuándo me vieron las dos empezaron a llorar ! Mi vestido me quedaba precioso ! Entonces llegó mi tesoro. Nos quedamos un ratito más reunidos y a las ocho y media salimos. Si ahora les relato la próxima hora, lo único que lamento es que ustedes no hayan podido estar con nosotros ! No les puedo decir que linda y emotiva fue la ceremonia.
                Entramos en la Iglesia regiamente iluminada con música de órgano. Habría unas 30 personas esperándonos, todos amigos, para acompañar a éstos dos jóvenes que lejos de su tierra empezaban una nueva vida.
                Primero cantamos : "Jesús, enséñanos el camino ". Luego el Pastor habló muy lindo y creo que a nadie en la Iglesia le quedaron los ojos secos. Habló de la fidelidad, de los oriundos de Holstein, y nos bendijo con las palabras :
                - Todas vuestras penas depositadlas sobre El, porque El vela por ustedes.
                Los recordó a todos ustedes queridos y también las dos enfermedades que habíamos tenido últimamente : tú úlcera perforada Mamá y tu tifus Papá. Habló con mucho cariño.
                Luego cantamos : "Yo y mi casa estamos dispuestos". El Pastor nos felicitó y nos regaló una Biblia. Cuándo todos nos vinieron a felicitar, el órgano tocaba la Marcha Nupcial de Lohengrin. Qué feliz estaba yo de ver tantas caras cariñosas ! Estaba el Profesor Eberlein, el Sr. Roth, capitán Weiss, la querida Sra. Weibel con dos señoras más, la Sra. Hauser y el matrimonio Jousten y los demás eran amigos de mi tesoro.
                Invitamos a todos a venir al Hotel para tomar una copa de Champagne y cenar algo. Habíamos avisado antes en el hotel y cuándo llegamos nos llevamos una hermosa sorpresa. Una puerta del hotel habían abierto que daba a un salón privado y en éste estaban puestas las mesas y todo adornado con las flores que nos habían traído y la mesa adornada con pequeños pimpollos de rosas rosadas. Estaba precioso !
                Al estar todos nos ubicamos, el Profesor Eberlein a mi derecha y la Sra. Weibel al lado de Rodolfo. La opinión de todos era que la ceremonia religiosa había sido muy emotiva y el Profesor Eberlein decía que ningún casamiento le había impresionado tanto cómo el nuestro. Qué había sido tan lindo vernos a los dos jóvenes arrodillados adelante del altar. Todos admiraron mi vestido y dijeron que me había arreglado tan bien el tul con la coronita y me hicieron muchos cumplidos.
                 Cuándo entramos en la Iglesia yo oía
                - Qué rica ! - Qué rica !
                El Profesor Eberlein me dijo que desde que me conoció en el viaje me aprecia tanto y me pide de recordarlo también a él con simpatía y que me iba a hacer un recuerdo para nuestro hogar. Qué bueno !
                El Profesor Eberlein se levantó para hablar y dijo más o menos así :
                " El 10 de marzo subí sólo a bordo para viajar a la Argentina y estaba triste por tener que separarme por bastante tiempo de mi querida esposa. Entonces me vio a mi parada, entre todos mis queridos que me despedían y yo parecía un rayito de sol. Que a pesar de tener que dejarlos a todos y sentir mi pena, estaba feliz y que yo miraba a los demás pensando :
                - Quiénes irán de viaje y cuáles se quedarán en Alemania ?
                Al otro día notó con alegría que yo era su compañera de mesa y los demás señores empezaron a protestar, hasta que el capitán ganó la partida. Qué desde entonces estaba mucho en compañía del capitán. Qué por un lado decía que después de las comidas había que hacer footing en cubierta y luego que tendría que enseñarme el castellano en cubierta, pero que a él le parece que lo único que me enseñó es decir :
                - Tú me amas ?
                De noche en el salón los demás señores también tenían un poco de suerte al poder estar conmigo y que yo había sido el sol del barco. Dijo :
                -Cuánto más nos acercábamos a nuestro puerto de destino, mayor era nuestra curiosidad, estará el novio, que tal será ?
                Y al llegar todos preguntaba :
                -Lo ve ? Dónde está ?
                Y nada ! No había ni novio ni noticia. Qué él estaba furioso aunque a mí, que hubiese merecido que me esperen con tres, cuatro y cinco coches y lacayos, no me esperara nadie. Qué todos los señores están tan confundidos y alborotados, que ninguno quería bajar a tierra. Pero entonces llegó un telegrama del novio explicando los motivos y entonces el capitán asumió la responsabilidad y los demás se retiraron con tristeza. Pero, ahora dijo, vamos a dejar de hacer bromas y vamos a recordar en éste momento al capitán, el cuál no solamente fue a bordo Padre y Defensor o Protector para mí, sino que también me cuidó en tierra hasta el preciso momento de entregarme a mi prometido. Que luego, él también tuvo la suerte de conocer al feliz y envidiable novio y debía decir que sobrepasaba su imaginación en cuánto a cordialidad, simpatía, juventud y responsabilidad en su trabajo, según había escuchado. Todavía mencionó la nueva casita que nos esperaba y nuestro lugar de destino y finalizó con los mejores deseos y un
                - Qué vivan !!"
                Con éstas lindas palabras enseguida se animó nuestra fiesta y todos estaban muy alegres. Cómo me he reído ésta noche ! A la Sra. Jousten le corrían las lágrimas por las mejillas de tanta risa. Entonces el Profesor Eberlein nos pidió levantar nuestras copas a la salud de nuestros padres, hablando muy lindas palabras. Recordaba un cuadro pintado por Ludwig Richter. Una casa antigua, se abre la puerta y sale un joven con su mochila al hombro para conocer el mundo, para juntar experiencia, para probar su suerte. Cuándo llega al último escalón, adelante de la casa, se da vuelta una vez más y ve a sus padres en la puerta ! Nos detalló a los ancianos padres y sus pensamientos en ése momento y sus buenos deseos hacia el hijo que partía. Así les fue también a vuestros padres dijo, por eso ahora vamos a brindar por ellos todos juntos.
                Cómo me hubiera gustado que ustedes hubieran podido oír tan lindas palabras ! Luego la  Sra. Hauser nos hizo reír ya que declamó y cantó en dialecto vienés - ella es vienesa- después en inglés y al final en francés. Unos cuántos mas recitaron o hablaron hasta que al final Rodolfo se levantó. Le agradeció al Profesor Eberlein por todas sus atenciones conmigo y que si bien el había elogiado todas las atenciones y los cuidados del señor capitán para conmigo, él sabía que el Profesor Eberlein era muy humilde y se ponía en la sombra, pero que yo misma le había contado ya el primer día de cómo él me había acompañado siempre con tanto cariño. Que por eso él le agradecía muy especialmente por sus lindas palabras para nosotros y para nuestros queridos y por acompañarnos en nuestra boda. Que para nosotros era un honor tener en nuestra mesa al más famosos escultor alemán, ya que nosotros no éramos más que dos jóvenes modestos en tierra extraña y lejos de la Patria. Le deseó al final una feliz terminación del Monumento a San Martín que siempre nos recordaría con orgullo a él. Todos brindamos por él. El Profesor Eberlein mientras tanto se dejó traer papel y lapicera y escribió un verso para nosotros y todos firmaron :

                 In diesem fernen Rätsellande, knüpfet Ihr die süssen Bande,
                Es verraten der reizenden Frau schöne Züge, es wird Ihre Hoffnung verschänte Wiege,
                Sie wird mi Ihrem jungen Alten in ihrem Hause fröhlich walten,
                Sie lenrt den Mädchen und wehret den Knaben, deren wird sie sicher viele haben,
                Sie geht ihrem Schatz klug um den Bart, das ist der Schleswig-Holsteiner Art,
                Das ist die Art der Lübecker Müdchen, das ist die Art aller deutschen Städtchen,
                Er wird sie lieben, er wird vor ihr knieen, er wird in Pantoffeln für sie erglünen,
                Er führt sie öfter herrsich an und sie umschmeichelt inn : mein guter Mann,
                Kurz ihr werdet es sehen un galuben, es wird ein Leben wie Turtelhabben,
                Engel werden die Tosen streuen, Wolken werden das häuschen scheuen,
                Und das Häuschen wird glänzen sauber un rein, eitef in hellsten Sonnenschein,
                Mögen sie beide in schönen Räemen, den schönsten Traum der Liebe träumen.

                Buenos Aires, d. 23 April 1910. Gustav Eberlein.

                No hay que admirar a éste hombre, que dentro de tanto ruido consiguió escribir éste verso así nomás ?? !! Todos firmamos y luego nos levantamos y cantamos el himno alemán y después nos despedimos. Todos se despedían de mi diciendo :
                - Buenas noches queridita !
                Y nosotros en el ascensor subimos al "séptimo cielo" ! Estábamos tan impresionados de tanto cariño y atenciones que todos nos brindaron lejos de nuestra Patria. Aunque nuestros pensamientos muchas  veces volaron a lo de ustedes, estábamos agradecidos por el cariño de los que nos rodean.
                La próxima semana nos levantamos y fuimos una vez más a la Iglesia para participar de un Culto del Pastor von Wich. Cuándo regresamos todas la flores las habían traído a nuestra pieza. Acá es costumbre mandar los arreglos florales con hermosas cintas y yo las guardé todas de recuerdo. Recibimos del Sr. Dornfeld seis tazas chinas. De Madryn llegaron muchos telegramas y también del Jefe de la Sociedad Anónima de Punta Arenas.
                Bueno queridos, aunque les conté lo que pude, todo era todavía mucho más lindo. Por favor manden ésta carta también a mi querida prima Else y uno de ustedes por favor guarde todas mis cartas para mí de recuerdo !
                Ahora mi querida mamita, todavía te mando a ti mis mejores deseos para tu cumpleaños. Todo lo que una hija puede desearle de felicidad a su madre y rogarle al cielo lo hago por ti. Lo principal que quedes con salud y no trabajes tanto. Escríbeme siempre que tengas tiempo y ganas bien detallado. Dale a papito muchos besos míos, aunque le dé varicela ! Y cuándo comas papas nuevas y frutillas entonces acuérdense de vuestros hijos en Madryn a orillas del hermoso mar azul.  Cariños a todos los que leen ésta carta y que nos escriban seguido. Con un beso especial para tu cumpleaños mamita y mil cariños para todos los demás termino con mucho amor, vuestra

                Frida.

PS. Mi maridito no cambió para nada !

24.04.10
                Aprovecho la oportunidad para mandar a mi querida Madre mis mejores deseos para su cumpleaños en la esperanza que el destino permita festejar éste día todavía muchas veces en compañía de toda su familia y con mucha salud. Con mis mejores saludos para todos ustedes vuestro

                Rudolf.

PS. Recién el 5 de mayo sale nuestro barco.

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