jueves, 27 de octubre de 2011






16 de abril de 1910.
                Buenos Aires. Hotel Kaiserhof.


                Ya volvieron a pasar 24 horas y ya tengo que contarles tanto. Yo le estoy tan agradecida a mi buen protector, que ni sé adonde empezar. Así que ayer almorzamos abajo, el capitán y yo y a la una de la tarde fuimos a la Estación Central y en una hora llegamos al Tigre. El viaje era hermoso. En Tigre alquiló una lancha y la misma nos llevó a pasear por muchos ríos hasta una isla. Era un paseo hermoso, imposible de detallar.
                En la isla bajamos para tomar café y luego regresamos : una hora en la lancha y una hora en el tren. A las seis llegamos al Hotel y el capitán se alegra de mi alegría y entusiasmo en conocer. El mismo es muy tranquilo y callado y ustedes me conocen, que mi piquito nunca descansa ! Yo lo encuentro tan atento que él me lleva a pasear, no sólo por el tiempo que pierde sino por lo que cuesta ! El paseo de ayer costó una pequeña fortuna. Me prometió llevarme un día a Palermo en un coche. El dice que le gusta llevarme a pasear porque ve que lo disfruto tan agradecida.
                Les voy a pedir que si lo van a visitar en Hamburgo no cuenten adelante de la señora que me paseó tanto, pues quién sabe lo que piensa ella de un marido tan derrochón ? También él es un poco raro en éste sentido, pues no se imaginan cómo el Sr. y la Sr. Jousten tuvieron que insistirle que no queda mal que él me lleve a pasear para mostrarme algo de Buenos Aires. Bueno, ustedes me entienden y se alegran conmigo.
                Anoche a las siete estábamos invitados a cenar a bordo con el Sr. y la Sr. Jousten y el capitán Weis. Este capitán estuvo ya muchas veces en Madryn y conoce muy bien a Rodolfo y lo admira mucho. Capitán Weis me contó mucho de Madryn y sobre mi futuro, de lo que me espera. Es muy cómico y nos hizo reír mucho.
                A las once nos fuimos de a bordo y acá todavía jugamos un partidito a los dados y tomamos una cerveza. Hoy a la mañana me desayuné con pan dulce que el capitán había dejado hacer para la Sr. Jousten. Por hoy termino aquí. Hasta mañana y felicidad !

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